En el segundo domingo de Pascua, diversas diócesis de Chile celebraron la tradicional festividad del Cuasimodo.
El origen de esta fiesta se remonta a mediados del siglo XIX, cuando los sacerdotes partían desde sus comunidades a caballo para dar la Comunión a los enfermos que no habían podido asistir a la Misa de Pascua.
En su trayecto, eran escoltados por fieles de las comunidades, que velaban para que los asaltantes no robaran el copón con las hostias y, en señal de respeto, reemplazaban sus sombreros por mantillas atadas a sus cabezas y esclavinas sobre sus hombros.