Algunas órdenes religiosas tienen una práctica para recordar la muerte todos los días, no como algo morboso sino como un medio para tener presente que esta vida es pasajera y que lo más importante es ganar el cielo.
Esta práctica es conocida en latín como "memento mori", que podría traducirse como "recuerda tu muerte". Tiene sus orígenes en la época del Imperio Romano y en la Edad Media fue asumida por los cristianos ante los millones de muertos que dejaron las epidemias en Europa y Asia.
Una de las órdenes que realizan la práctica del "memento mori" en la actualidad son los monjes trapenses, una rama de los cistercienses que, a su vez, se originó en los benedictinos.