En su homilía de la Misa en la que entregó el Instrumentum Laboris (documento de trabajo) del Sínodo de los Obispos para el Medio Oriente que se realizará en octubre en el Vaticano, el Papa Benedicto XVI exhortó a derribar las barreras que impiden a los hombres llegar a la vida divina y reflexionó en la triple realidad del Corpus Christi.
En el Pabellón de Deportes Elefteria en la capital de Chipre, el Santo Padre señaló que "hoy celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Corpus Christi, el nombre dado a esta fiesta en Occidente, es usado en la tradición de la Iglesia para designar tres diferentes realidades: el cuerpo físico de Jesús, nacido de la Virgen María, su cuerpo eucarístico, el pan del cielo que nos nutre en este gran sacramento, y su cuerpo eclesial, la Iglesia".
Para explicar el misterio de comunión obrado en la Iglesia por el Espíritu Santo, el Papa se refirió a lo que dice al respecto San Agustín, quien "nos recuerda que el pan no es fabricado a partir de un solo grano, sino de un gran número de ellos. Antes de que todos estos granos se conviertan en pan, deben ser molidos. Así hace alusión al exorcismo al que los catecúmenos deben someterse antes de su bautismo. Cada uno de nosotros que pertenece a la Iglesia necesita salir del mundo cerrado de su individualidad y aceptar el ‘compañerismo’ de otros, que ‘parten el pan’ con nosotros. Ya no debemos pensar más como ‘yo" sino como "nosotros’".