El P. Pablo Trollano se encuentra como misionero en Taiwán desde hace 10 años y narra cómo ha sido la experiencia de ir adaptándose a este país asiático, siendo el argentino.
En diálogo con ACI Prensa, el sacerdote y miembro del Instituto del Verbo Encarnado (IVE) compartió que "a todo misionero le cuestan distintas cosas: a algunos el estudio de la lengua, a otros extrañar a la familia, a otros la cultura o la comida. A mí a veces me cuesta tratar de entender ciertas actitudes hacia la fe, la familia, la educación de los hijos, que tienen un trasfondo cultural muy propio de aquí".
Otro desafío que enfrenta es "la dificultad al buscar organizar actividades para los fieles que les guste y los atraiga, pero Dios siempre guía y da luz y fuerzas para seguir".