Las vacaciones son un periodo en el que no solo se distiende el físico sino en el que también se nutre el espíritu a través de prolongados momentos de oración y meditación para crecer en el encuentro personal con Jesucristo, dijo el Papa Benedicto XVI al dirigir hoy el Ángelus dominical durante su estadía en la región alpina de Lorenzago de Cadore, en el norte de Italia.
“Todo buen cristiano sabe que las vacaciones son un tiempo oportuno para distender el físico y también para nutrir el espíritu a través de amplios espacios de oración y de meditación, para crecer en el encuentro personal con Cristo y conformarse cada vez más con sus enseñanzas”, señaló el Santo Padre este mediodía en el Castillo de Mirabello, adyacente a la casa que donde se hospeda.
Ante unos mil 500 feligreses, el Pontífice reflexionó seguidamente sobre el Evangelio de hoy que nos presenta la parábola del buen samaritano “que introduce en el corazón del mensaje evangélico: el amor hacia Dios y el amor hacia el prójimo”.