29 de junio de 2009 / 08:21 AM
En su homilía de las Vísperas solemnes ayer por la tarde en la Basílica de San Pablo de Extramuros, el Papa Benedicto XVI hizo una aguda reflexión sobre lo que significa la verdadera renovación del hombre; y pidió a los fieles que, a ejemplo de San Pablo, cambien mente y corazón para transformar el mundo a partir de Cristo.
Tras explicar que si bien el Año Paulino concluye pero el ejemplo del Apóstol de Gentes permanece siempre como “parte de la existencia cristiana”, el Santo Padre resaltó que Pablo en la Carta a los Romanos recuerda la necesidad de transformar la mente para entender siempre la voluntad de Dios.
“Solamente si hay hombres nuevos, habrá también un mundo nuevo, un mundo renovado y mejor. En el inicio está la renovación del hombre. Esto vale después para cada uno. Sólo si nos convertimos en hombres nuevos, el mundo se convertirá en nuevo. Esto significa también que no basta adaptarse a la situación actual. El apóstol nos exhorta a no ser conformistas”.