La Comisión establecida por el Papa Benedicto XVI para estudiar la vida de la Iglesia en China concluyó este miércoles una reunión en la que analizó el papel de la formación de seminaristas, consagrados y sacerdotes para el futuro de la comunidad católica en el país más poblado del mundo, y condenó el nuevo arresto del obispo de la diócesis de Zhengding, llevado a cabo por las autoridades comunistas.
Mediante un comunicado, la Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que en la reunión realizada del 30 de marzo al 1 de abril, la Comisión profundizó en el tema fundamental de la reunión: "la formación de los seminaristas y de las personas consagradas y la formación permanente de los sacerdotes”.
“En unión con los obispos de la Iglesia en China, principales responsables de las comunidades eclesiales, se tratará de promover una formación humana, intelectual, espiritual y pastoral más adecuada del clero y de las personas consagradas, que tienen la importante tarea de actuar como fieles discípulos de Cristo y como miembros de la Iglesia y de contribuir al bien de su país como ciudadanos ejemplares”, señaló el comunicado.