La Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores –presidida por el Cardenal Arzobispo de Boston, Sean O'Malley– se ha reunido por segunda vez en Roma del 9 al 11 de octubre con el fin de discutir posibles líneas-guía y ver formas de ayudar a las Conferencias Episcopales de todo el mundo que piden ser ayudadas. En la reunión también se reflexionó sobre cómo mejorar los procesos para individualizar las responsabilidades en casos de abuso.
De momento, la Comisión ha establecido seis grupos de trabajo que se ocupan de la salvaguarda y de la protección de los menores; del cuidado y de la curación de las víctimas y de sus familiares; de la formación de los candidatos al sacerdocio y a la vida religiosa y de la educación de familias y comunidades, así como de normas civiles y canónicas.
Continúa en discusión la propuesta, llevada al Consejo de Cardenales el pasado junio de un "tribunal" o "equipo de trabajo" en el interior de la Congregación para la Doctrina de la Fe que se ocupe en concreto de los Obispos que han encubierto los abusos, o que no se han comportado de manera oportuna para combatir el fenómeno.