Un grupo de cinco religiosas dominicas que estaban en el convento de Santa Teresa en Mosul (Irak) salvó de morir tras el ataque terrorista de este jueves. En declaraciones a la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN) una de ellas señaló que tras la explosión "estábamos totalmente en shock. El violento ruido de la bomba y los daños nos aterrorizó".
Ante la destrucción de la Iglesia de San Efrén y el ataque al convento de Santa Teresa, el P. Bashar Warda, quien coordina el apoyo tras los atentados, señaló que "estamos perdidos si queremos encontrar una explicación a lo que ha pasado" y afirmó que sorprende más la agresión a San Efrén pues su párroco, el P. Youhanna Jajeka tiene una "excelente reputación en el vecindario".
Este sacerdote, dijo, "es un hombre pacífico y honorable. Es conocido por sus buenas relaciones con todos en el áreas así como por su servicio a los más necesitados".