China sigue inflexible en sus exigencias anti-católicas

El gobierno de China comunista reiteró condiciones inaceptables para el restablecimiento de relaciones diplomáticas con la Santa Sede mediante las declaraciones de un nuevo portavoz del ministerio de relaciones exteriores chino.

Qin Gang, vocero del ministerio, señaló en declaraciones recogidas por la agencia oficialista Xinhua que “esperamos sinceramente mejorar las relaciones con el Vaticano y esperamos que la Santa Sede pueda contribuir a este proceso”.

En un claro mensaje al Vaticano, que se prepara para dar a conocer la carta del Papa Benedicto XVI a los 12 millones de católicos chinos –la mayoría de los cuales vive en clandestinidad–, el portavoz de turno del ministerio señaló que “China espera que el Vaticano pueda mirar de forma apropiada al hecho de que los chinos disfrutan de libertad religiosa y de que ha habido numerosos avances de los católicos en China”.

Las declaraciones son una advertencia para que el Vaticano omita cualquier referencia a la persecución, acoso e incluso muerte que sufren obispos y sacerdotes que no se adhieren a la oficialista “iglesia patriótica” creada y controlada por el Partido Comunista.

El vocero reiteró además las dos condiciones que reclama su gobierno para restablecer los lazos diplomáticos: “El Vaticano debe romper relaciones diplomáticas con las autoridades de Taiwán y no debe interferir en los asuntos internos de China en nombre de la religión”. Esta última exigencia es un eufemismo que significa que el gobierno chino pretende ser quien nombre a los obispos católicos, un derecho al que el Papa no puede renunciar.