El Obispo de Aguascalientes (México), Mons. José María de la Torre Martín, recordó que las cenizas de los difuntos cremados no pueden esparcirse ni conservarse en las casas, sino que deben colocarse en un lugar sagrado como un cementerio o una iglesia.
Según informó el diario mexicano El Heraldo el 9 de febrero, el Prelado afirmó que "las cenizas y los fragmentos óseos no se pueden conservar en casa porque con ellos se priva a la comunidad católica de recordar al difunto, deben llevarse a un cementerio o templo", que son lugares sagrados adecuados para este propósito.
El Obispo precisó que "el cuerpo muerto no es propiedad privada de los parientes, es más bien un hijo de Dios que forma parte del pueblo de Dios. Tenemos que superar este pensamiento individualista".