La Iglesia Católica en Corea del Sur ha comenzado la construcción de un nuevo santuario dedicado a los mártires del país en el pueblo de Hongju, donde 212 coreanos fueron asesinados por odio a la fe.

Según informó la agencia vaticana Fides, la Iglesia ve en sus mártires "un sólido punto de referencia" pues "representan la tradición de la fe y las raíces mismas de la comunidad que hoy cree, celebra y testimonia el Evangelio".