Numerosos católicos chinos solicitaron la construcción de un museo en honor al gran misionero jesuita, Padre Matteo Ricci, considerado un “pionero de la inculturación” al servir de puente entre oriente y occidente.
Según la agencia vaticana Fides, la labor del sacerdote es reconocida universalmente por científicos, teólogos, historiadores y expertos de todas las disciplinas; para quienes el P. Ricci es uno de los pocos misioneros que adquirió una auténtica sensibilidad china, en el respeto de la cultura local y el deseo de hacer misión en el país.
De acuerdo a la petición, el museo estaría ubicado en el cementerio donde reposan sus restos junto al de otros misioneros jesuitas, por ser éste un lugar de encuentro entre representantes religiosos, culturales y políticos, quienes llegan al camposanto para honrar al religioso.