El 8 de septiembre un relicario en forma de cruz con partículas de sangre del Beato Juan Pablo II llegará a la Catedral de México (México), con ocasión del bicentenario de la culminación del templo, y permanecerá expuesto durante una semana.

La reliquia ingresará a la Catedral durante la Misa que ese día presidirá el Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera. Esta presencia es una iniciativa de Unión de Voluntades, organización laical que durante varios años se ha dado a la tarea de conseguir estas reliquias, la mayor parte, de primer grado.

Según el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME), el relicario además contiene otras 150 reliquias de santos y beatos, como San Francisco de Asís, el Padre Pío de Pietrelcina, Santa Faustina Kowalska, Santa Teresita del Niño Jesús, Santa Teresa de Ávila, Santa Catarina de Siena, la Beata Teresa de Calcuta y algunos santos y beatos mexicanos, como el Padre Pro, Santo Toribio Romo y San Rafael Guízar y Valencia, entre otros.

Durante la semana que permanecerá expuesto el relicario, los fieles podrán ganar la indulgencia plenaria que el Cardenal concedió por el jubileo con ocasión del bicentenario de la Catedral.