Hasta ahora más de un millón de personas han huido de sus hogares en el norte y centro de Irak a medida que los extremistas musulmanes sunitas del Estado Islámico (IS) han ocupado áreas enteras de la región.
Muchos de quienes han huido son cristianos, yazidíes y musulmanes chiítas, comunidades especialmente señalados por los ataques yihadistas. El conflicto ha provocado el cierre de los centros de Cáritas Irak en las zonas de Qaraqosh, Bartilla y Alqosh.
Muchos de los empleados de la Cáritas local están ahora en Erbil, donde llevan a cabo la distribución de ayuda de emergencia a los desplazados que se han instalado de manera temporal en iglesias y otros centros de acogida. De esta manera, la red Cáritas ha comenzado a proveer asistencia en las ciudades de Dohuk y Zajo, cerca de las fronteras con Turquía y Siria, donde se han asentado cientos de miles de personas pertenecientes a las comunidades cristianas y yazidíes.