8 de noviembre de 2004 / 12:30 PM
El Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera, recordó a los creyentes que la resurrección de Cristo “impulsa a los cristianos a ser dinámicos y audaces, libres y abiertos, despojados de la esclavitud de las cosas y de la pereza presente”.
Durante la Misa dominical en la Catedral Metropolitana, el Purpurado precisó que “nuestra vida debe ser la vida de un peregrino en continuo camino, saliendo de un punto para llegar a nuestra ciudad definitiva, con etapas intermedias. Para todos nosotros es conocida la simbología bíblica del ‘extranjero’ aplicada al cristiano que vive en el tiempo y en el espacio presente, anhelando el regreso a su casa definitiva”.
Según el Cardenal Rivera, “el presente es importante y debe ser vivido intensamente” pero “el anhelo de la casa definitiva nos debe llevar a relativizar el presente, sabiendo que sólo hay un absoluto y total que es Dios, a quien veremos, no en signos e imágenes, sino tal cual es”.