El Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera, lamentó profundamente la masacre de 72 inmigrantes en Tamaulipas y señaló que este hecho es una "prueba más del desorden social y de la pérdida de valores que impera en algunas zonas del país".
En un comunicado del Arzobispado de México, el Purpurado añadió que la masacre también prueba "la carencia de una política migratoria integral mexicana que sea coherente con las necesidades que demanda la movilidad humana con respecto al trato humanitario a los indocumentados, tal como exige México a los Estados Unidos".
El Arzobispado exigió que "esta vergonzosa tragedia" no quede impune y llamó a los gobiernos de América "a tomar acciones inmediatas para que actos tan deplorables no vuelvan a ocurrir".