Convocados por la Vicaría Episcopal de Educación, directivos, docentes y alumnos de los colegios católicos de la ciudad de Buenos Aires (Argentina) se dieron cita en la Catedral local para participar de la tradicional Misa por la educación, que se celebra cada año desde que el Papa Francisco era Arzobispo de Buenos Aires.
Por primera vez, la misa fue presidida por el Cardenal Mario Aurelio Poli, Arzobispo de Buenos Aires y Primado de la Argentina, quien invitó en su homilía a redescubrir a Dios en el amor con que se realiza la tarea educativa, porque "todo amor humano, para los que creemos y caminamos, sabemos que depende de Dios".
El Purpurado habló a los alumnos tomando el Evangelio del día, en el que Jesús enseña a sus discípulos que amar al prójimo como Él nos ama es el modo más perfecto de cumplir los mandamientos de la Ley, que no son otra cosa que "pruebas del amor a Dios".