El Cardenal George Pell, prefecto emérito de la Secretaría de Economía del Vaticano, aseguró que la misión de la Iglesia no es justificación para la ineficiencia financiera ni para la corrupción; y precisó que esta última puede generar más riesgos para el clero que las inconductas sexuales.
"Sin duda, el dinero es uno de los dones de Dios que también es fuente de tentación", dijo el Purpurado australiano en un video mensaje enviado este martes 30 de junio al Instituto Global de Administración de la Iglesia en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma.
"Decir que la Iglesia no es un negocio no nos proporciona justificación alguna para ser ineficientes y mucho menos para ser corruptos", agregó.