Cardenal Müller objeta polémico documento de trabajo del Sínodo de la Amazonía

Cardenal Müller objeta polémico documento de trabajo del Sínodo de la Amazonía
El Cardenal Müller. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa

El Cardenal alemán Gerhard Müller presentó una serie de objeciones al Instrumentum Laboris del Sínodo de la Amazonía, publicado el pasado 17 de junio con ocasión del evento que se celebrará en Roma en octubre de 2019.

En el análisis ofrecido por el Cardenal Müller, quien fue prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe entre 2012 y 2017, a CNA Deutsch –agencia en alemán del Grupo ACI-, y otros medios, señala, en primer lugar, una ambivalencia en la definición de términos y objetivos del Instrumentum laboris.

Explica que el texto del Instrumentum Laboris posee "algunas redundancias tediosas" y que "si se eliminaran todas las repeticiones, el texto quedaría fácilmente reducido a la mitad, incluso menos".

No obstante, en opinión del Cardenal Müller, el problema no es tanto la excesiva extensión del texto, "sino el hecho de que no se aclara el significado de los términos clave, que son utilizados de manera ambigua".

En concreto, cita conceptos poco explicados como "camino sinodal", "desarrollo integral", "Iglesia samaritana, sinodal y abierta" o "Iglesia de apertura, Iglesia de los pobres, Iglesia del Amazonas".

En segundo lugar, asegura que "la estructura del texto presenta un giro radical en la hermenéutica de la teología católica". En el Instrumentum Laboris, "toda la línea de pensamiento se vuelve autorreferencial y circula en torno a los últimos documentos del Magisterio del papa Francisco, con algunas escasas referencias a Juan Pablo II y Benedicto XVI".

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"Tal vez se desea así mostrar una especial lealtad al Papa, o tal vez se crea que es posible evitar los desafíos del trabajo teológico cuando se hacen constantes referencias a palabras clave muy conocidas, y a menudo repetidas, que los autores llaman, de una manera bastante vulgar, 'el mantra de Francisco'".

El Cardenal destaca también que los autores del Instrumentum Laboris confunden "los papeles del Magisterio por un lado, y de la Sagrada Escritura por el otro" e, incluso, indica que el documento "llega hasta el punto de afirmar que hay nuevas fuentes de la Revelación".

Ante esa confusión, subraya que "la Sagrada Escritura y la Tradición son las únicas fuentes de la Revelación".

El Cardenal Müller se muestra también crítico con el método de trabajo de la organización "Red Eclesial Panamazónica", que fue prácticamente creada para elaborar el Instrumentum Laboris, y que "es una sociedad cerrada de personas con el mismo punto de vista sobre el mundo, tal como se puede observar fácilmente en la lista de nombres de los encuentros pre-sinodales que tuvieron lugar en Washington y Roma, que contiene un número desproporcionadamente alto de europeos de habla alemana".

En ese sentido, llamó la atención sobre el hecho de que, en el documento, los autores, identificados con la llamada "Teología indiana", "se citan mutuamente" con frecuencia.

La inmunidad de este grupo a las objeciones planteadas con seriedad, su doctrinarismo, dogmatismo monolítico, ritualismo y clericalismo son objeto también de la crítica del ex Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

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Asegura que muchos de ellos carecen de experiencia en Sudamérica y si se les ha encomendado este encargo es porque "siguen la línea oficial y controlan los temas del camino sinodal que han emprendido la Conferencia Episcopal Alemana y el Comité Central de los católicos alemanes" en temas como la abolición del celibato, el acceso de las mujeres al sacerdocio o la adaptación de la moral sexual revelada a la ideología de género.

En la reflexión del Cardenal Müller se advierte también de los peligros que entraña el concepto de "cosmovisión" presente en el Instrumentum Laboris: "Una cosmovisión con sus mitos y el mágico ritual de la 'Madre Naturaleza', o de sus sacrificios a los 'dioses' y espíritus que nos causan un gran temor, o que nos seducen con falsas promesas, no pueden ser un enfoque adecuado para la venida del Dios Trino en Su Palabra y en Su Espíritu Santo".

El Cardenal pide mayor seriedad a los responsables del Instrumentum Laboris y pregunta: "¿Acaso en la formación de los futuros pastores y teólogos debe sustituirse el conocimiento de la filosofía clásica y moderna, de los Padres de la Iglesia, de la teología moderna y de los concilios por la cosmovisión amazónica y la sabiduría de los antepasados con sus mitos y rituales?".

"La contemplación del cosmos es sólo la ocasión para glorificar a Dios y su maravilloso trabajo en la naturaleza y la historia. El cosmos, sin embargo, no tiene que ser adorado como Dios; sólo el Creador debe serlo", hizo hincapié el Cardenal.

Rechaza, asimismo, conceptos como "teología indígena" o "ecoteología": "son un invento de los románticos sociales".

"La teología es el entendimiento (intellectus fidei) de la Revelación de Dios en Su Palabra en la Profesión de Fe de la Iglesia, y no una nueva y continua mezcla de sentimientos del mundo y de puntos de vista del mundo o de constelaciones religioso-morales del sentimiento cósmico panteísta, la mezcla de los sentimientos del propio yo con los del mundo". 

Por el contrario, "nuestro mundo natural es la creación de un Dios Personal. La fe en el sentido cristiano es, por lo tanto, el reconocimiento de Dios en Su Palabra Eterna que se hizo Carne: es la iluminación del Espíritu Santo para que reconozcamos a Dios en Cristo".

El Cardenal Müller finaliza su análisis del Instrumentum Laboris señalando que lo que falta en el documento "es un testimonio claro de la comunicación de Dios en el verbum incarnatum, de la sacramentalidad de la Iglesia, de los Sacramentos como medio objetivo de la Gracia en lugar de meros símbolos autorreferenciales, del carácter sobrenatural de la Gracia".

"La integridad del hombre no consiste sólo en la unidad con una bio-naturaleza, sino en la Filiación Divina y en la comunión llena de gracia con el Espíritu Santo y, por lo tanto, en el hecho de que la vida eterna es el premio por la conversión a Dios, la reconciliación con Él, y no sólo con el medio ambiente y nuestro mundo compartido". 

El Cardenal concluye: "En lugar de presentar un enfoque ambiguo con una religiosidad vaga y un intento inútil de convertir al cristianismo en una ciencia de la salvación al sacralizar el cosmos y la biodiversidad de la naturaleza y la ecología, tenemos que mirar el centro y origen de nuestra fe".

 

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