En una extensa conferencia pronunciada ayer ante la cumbre de Lambeth, que cada diez años reúne en Inglaterra a las máximas autoridades de la Comunión Anglicana, el Cardenal Walter Kasper, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, advirtió contra la pérdida de la tradición cristiana entre los anglicanos, y señaló que el Vaticano, en caso de una eventual división, dialogaría también con la parte que abandone la comunión.
El Purpurado alemán no evitó hacer referencias a las crecientes divergencias entre la Iglesia Católica y la Comunión Anglicana, especialmente desde la época en que en algunas provincias anglicanas las mujeres son ordenadas al sacerdocio a partir de 1974 y al episcopado a partir de 1989. Ulterior división que ha creado la decisión de algunas comunidades dentro del anglicanismo de ordenar a un obispo homosexual activo y bendecir a uniones homosexuales.
El Cardenal advirtió, sin embargo, que más que con la Iglesia de Roma, estas decisiones han producido divisiones dramáticas ante todo dentro de la Comunión Anglicana, donde en efecto, la oposición proviene de la parte sur del mundo, especialmente de África.