El Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, explicó a los fieles de su arquidiócesis, que la Iglesia no puede ser incoherente y tiene la obligación de defender la vida desde la concepción denunciando el efecto abortivo de la “píldora del día después”.
En un comunicado que fue distribuido en las parroquias de la capital, el Purpurado señaló que con la misma energía con que intervino para ayudar a las víctimas de violaciones de derechos humanos y luego propuso abolir la pena de muerte, ahora defiende el derecho a la vida desde la concepción.
El Cardenal Errázuriz denunció que por una inexplicable omisión, cuando el Instituto de Salud Pública aprobó el fármaco en Chile, reconoció que uno de sus posibles efectos consistiría en "evitar el proceso de implantación del óvulo fecundado en el útero de la madre", pero dejó para más adelante la pregunta sobre el momento en el que se inicia la vida humana.