El Arzobispo de Nueva York (Estados Unidos), Cardenal Timothy Dolan, subrayó que la reforma migratoria es necesaria para "corregir injusticias", e indicó que el proyecto de ley presentado ante el Senado es un progreso en los esfuerzos para equilibrar las preocupaciones humanitarias y de seguridad.

"La propuesta presentada ante el Senado, a pesar de que nos es perfecta, avanza bastante al corregir las injusticias en el sistema", dijo el Cardenal, en una columna publicada el 9 de junio en el USA Today.

El proyecto de ley, que tiene apoyo tanto del partido Demócrata como del Republicano, ofrece un camino de 13 años para que inmigrantes que viven en el país de forma ilegal obtengan la ciudadanía.

Estos inmigrantes deberán pasar por una verificación de antecedentes, registrar sus huellas digitales, pagar multas y demostrar que tienen un empleo remunerado.

Para el Arzobispo estadounidense, "a pesar de sus  deficiencias, el proyecto de ley avanza significativamente sobre el status quo y ayudará a millones de familias".

"Esperamos seguir trabajando con el Congreso para mejorar la legislación, y aplaudimos a los legisladores de ambos partidos, que están trabajando juntos para sacar de las sombras a 11 millones de personas".

Al dirigirse a los Obispos de Estados Unidos, el Cardenal Dolan señaló que la inmigración es "cercana al corazón de los católicos", pues la Iglesia ha ayudado a integrar a los migrantes en Estados Unidos a lo largo de muchas generaciones.

La reforma migratoria, señaló, debe comprender las "legítimas necesidades de seguridad" de Estados Unidos, al mismo tiempo que "nuestra herencia de dar la bienvenida a inmigrantes y a los regalos que traen".

El Arzobispo remarcó que la Iglesia continúa ayudando a los inmigrantes en la actualidad, dando clases de inglés, formación laboral y asistencia médica.

En todo el país, Caridades Católicas brindó ayuda a alrededor de 400 mil inmigrantes en 2012, señaló.

Los católicos, indicó, somos cercanos "al sufrimiento causado por el quebrantado sistema migratorio", debido al cual "nuestra nación ha deportado más de 1.5 millones de personas en los últimos cinco años, separando cientos de miles de padres de sus hijos con ciudadanía estadounidense".

El Cardenal también criticó el sistema penitenciario, que retiene "a menudo en condiciones deficientes" a 400 mil inmigrantes al año, y lamentó los casos de muchas personas que enfrentan "horribles muertes en ambos lados de la frontera".

Solamente en un condado del estado de Texas, el año pasado, se encontraron 129 cadáveres de inmigrantes, indicó.

Esta crisis humanitaria, señaló el Cardenal, "requiere una respuesta".
"La unidad familiar debe ser la piedra angular de la reforma migratoria, porque familias fuertes son la base" de comunidades fuertes, dijo.

El Arzobispo de Nueva York alentó el respaldo a este proyecto de ley, asegurando que "cuando los nietos de los inmigrantes de hoy miren al pasado, a este momento, dejémosles que vean a Estados Unidos en su mejor forma, dando la bienvenida, generoso y con el corazón abierto".