El Patriarca de Babilonia de los Caldeos (Irak), Cardenal Emmanuel III Delly, hizo esta mañana en la Asamblea del Sínodo de los Obispos en el Vaticano una dramática descripción de la tragedia cotidiana que viven los cristianos iraquíes que son perseguidos y atacados constantemente por los fundamentalistas musulmanes.
En su intervención en la 13º Congregación General del Sínodo, el Purpurado explicó que como Iglesia, "hemos hecho todo lo posible por obtener la paz y la tranquilidad en el país. La situación en algunas partes de Irak es desastrosa y trágica. La vida es un calvario: faltan la paz y la seguridad, así como los elementos básicos cotidianos".
Seguidamente señaló que "todos temen los secuestros y las intimidaciones. Por no hablar del número cada vez mayor de muertos causados por las bombas y por los kamikazes que llevan cinturones llenos de explosivos".