El Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, señaló que la Cuaresma debe ser un tiempo para morir a "esos caprichos, a esa comodidad, a esa flojera y a esos ataques desordenados de las pasiones".
"Tenemos en el propio cuerpo ese principio de corrupción, de inclinación al pecado; y por lo tanto, hay motivos para que tengamos temor a nuestras debilidades", aseguró el Purpurado en una Misa dominical.
Asimismo, el Cardenal Cipriani indicó que "la vida humana es el camino obligado para ir a la vida eterna; por lo tanto, no es mala, pero tiene dificultades y momentos difíciles en el que tenemos que renovar nuestra confianza en el Señor".