El Arzobispo de Sevilla, Cardenal Carlos Amigo, señaló en la Misa por el 150º aniversario de la Inmaculada Concepción que este misterio está lleno de “profundas verdades” y “es un enardecido pregón que invita a la virtud, al bien, a la santidad”.
El Purpurado recordó que en esta fiesta se celebra “el inconmensurable amor de Dios que se manifiesta en la ayuda a sus hijos. Donde hubo pecado sobreabundó la gracia, donde había tinieblas se hizo una inmensa luz, donde estaba la desesperanza, María, Pura y Limpia, será esa lámpara siempre encendida que ha marcado el camino por el que se puede llegar a encontrar el valor de la justicia y confiar siempre en el valor de la bondad y del amor fraterno”.
Según el Arzobispo, es un “misterio de nuestra fe” pero “no como oscuridad de resignación ante lo desconocido por sentidos y razones meramente humanas, sino como verdad grande, inabarcable, inmensa, sin límites. Manantial inagotable para la alabanza a Dios, para la veneración a la Madre de Dios, para la enseñanza del camino que debe recorrer la Iglesia y cuantos en ella viven”.