El Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos ha destacado en la homilía de la ceremonia de beatificación de Mons. Álvaro del Portillo esta sábado en la capital española "la serena felicidad ante el dolor y el sufrimiento, una característica de los santos".
"El nuevo beato fue llamado desde joven a seguir a Cristo para ser después un diligente ministro de la Iglesia y proclamar en todo el mundo la gloriosa riqueza de su ministerio salvífico", ha dicho el Cardenal Amato.
Además, ha destacado que "son muchas las virtudes -como la fe, la esperanza y la caridad- que el Beato Álvaro vivió de modo heroico. Practicó estos hábitos virtuosos a la luz de las bienaventuranzas de la mansedumbre, de la misericordia, de la pureza de corazón. Los testimonios son unánimes. Además de destacar por la total sintonía espiritual y apostólica con el santo Fundador, se distinguió también como una figura de gran humanidad"