Recientemente la Asociación Patriótica Católica China, a través de su Vicepresidente, Liu Bainian, calificó la designación cardenalicia del Obispo de Hong Kong, Joseph Zen Ze Kiun, como acto de hostilidad hacia ese país. El nuevo Purpurado ha lamentado esa “sorprendente” reacción y ha asegurado que “la única esperanza del Santo Padre es que los fieles chinos puedan disfrutar de una auténtica libertad religiosa”.
Así lo hizo saber el nuevo Cardenal a través de un mensaje fechado y firmado este jueves y difundido por la oficina de comunicación social del Obispado de Hong Kong. El documento responde a una entrevista concedida a la agencia Reuters por Liu Bainian, también miembro de la Conferencia consultiva política del Pueblo, en la que lanzó tal acusación contra el Papa Benedicto XVI.
“Luego de las reacciones del portavoz del Ministerio de Asunto Exteriores y del propio Ministro, la reacción del Sr. Liu resulta sorprendente. Demuestra lo preocupado que está con la perspectiva de normalización de las relaciones entre China y la Santa Sede”, afirma el Obispo y agrega que “el Sr. Liu dice que Mons. Zen es una amenaza para el gobierno de Pekín, así como el Papa Juan Pablo II lo fue para el régimen comunista de Polonia. Aparte de la implícita desvaloración de los líderes chinos, comparar China con Polonia resulta descabellado”.