“Pero, a su vez –prosiguió– la Jornada ha sido muy suya, muy de Benedicto XVI. Le confirió una nota personal que la ha llenado de riqueza espiritual y pastoral para todos los que participamos en ella, sobre todo para los jóvenes y, de una manera muy especial, para Europa y para Alemania, que durante esos días ha sido el corazón de Europa. Desde este punto de vista, Benedicto XVI le dio una nota muy honda de acercamiento y, en la medida en que ofreció la gran respuesta cristiana a los problemas y a las ansias de los jóvenes de este tiempo, en especial de los europeos. Lo hizo, además, de una manera genial”.
Respecto al mensaje del Papa Benedicto XVI a los jóvenes en Colonia, el Arzobispo de Madrid indicó que si uno lo lee, luego de haber vivido el acontecimiento, “descubre que hay una línea que lo conduce todo. Esta línea viene dada, ciertamente, por el lema ’Hemos venido a adorarlo’, pero también por eso que Benedicto XVI llama el ‘estado espiritual’ de la juventud y del mundo, sobre todo de la Europa. Un estado ansioso de la luz de Dios, que busca, sin saberlo muchas veces, la respuesta que sólo puede venir de Dios. Un Dios que se nos hizo cercano, que se nos hizo ‘Emmanuel’, Dios con nosotros; que se nos hizo niño, al que es preciso adorar, para que podamos encontrar la respuesta a los grandes problemas de la vida personal, y de la sociedad”. “Desde ese punto de vista, creo que los jóvenes han recibido un mensaje extraordinariamente vivo y actual, y no sólo los jóvenes, sino toda la Iglesia, y también toda la sociedad de nuestro mundo”, agregó .
Para el Cardenal, esta JMJ “tiene una fuerza de evangelización de primer orden, sobre todo con respecto al presente de los jóvenes, y al futuro de la humanidad. Pero, sobre todo, tiene un significado muy importante para Europa y, en especial, para Alemania; no hay que olvidar que Alemania es un país en el que la tercera parte de sus habitantes no están bautizados, otra tercera parte son protestantes, y otra tercera parte son católicos”.