El día de ayer, en el marco de la primera peregrinación del año a la Basílica de la Virgen de Guadalupe –reservada a la Arquidiócesis primada- el Arzobispo de Ciudad de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, invitó a los fieles a lanzar una intensa renovación de la piedad eucarística durante el 2004.
Bajo una inesperada lluvia que no logró enfriar el ánimo de los miles de peregrinos, el Cardenal Rivera recordó que “hemos venido en peregrinación a la Basílica de Guadalupe, para dar gracias a Dios por los dones recibidos a lo largo del año en nuestra Arquidiócesis de México, en las comunidades parroquiales, en los grupos y movimientos apostólicos, en las comunidades de vida consagrada, en los seminarios y casas de formación”.
“La Virgen María nos acoge en su casita del Tepeyac, lugar que tiene la vocación de ser el hogar de todos, donde nos sentimos escuchados, con el auxilio que necesitamos y podemos recuperar fuerzas, lugar donde encuentra nuestro corazón la alegría y la paz que ha traído el Salvador”, agregó.