El Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, defendió la dignidad de los niños por nacer y descartó la división entre deseados y "no deseados", porque "cada ser humano es un don y un hijo de Dios".
Durante el Te Deum por el aniversario de la independencia chilena, el Purpurado recordó que "desde el punto de vista del cristianismo, no distinguimos entre las personas deseadas y las no deseadas", y que nuestra vocación nos lleva a amar a todos "como Cristo nos amó".
"Poco a poco se habla de los 'hijos deseados' y de los hijos 'no deseados', y no de los hijos que recibimos y acogemos con todo nuestro cariño. La terminología nace en el ámbito de la planificación familiar. Encierra una determinada verdad, pero no puede primar como la categoría dominante en nuestras relaciones humanas", advirtió.