El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, instó a los candidatos presidenciales a incluir en sus respectivos planes de gobierno la vigencia práctica de la Doctrina Social de la Iglesia, porque su aplicación traerá “múltiples bienes a la sociedad y sensibilizará las conciencias” frente a diversas situaciones que atraviesa el país.

En un mensaje por las elecciones generales del próximo 9 de abril, el Purpurado señaló que para la Iglesia “es un derecho aplicar el Evangelio en el complejo mundo de la producción, del trabajo, de la empresa, de las finanzas, del comercio, de la política, de la jurisprudencia y de la cultura, en el que el hombre cotidianamente se ve inmerso”.

Educación en valores y defensa de la vida

El Arzobispo de Lima agregó que la defensa de la cultura de la vida es la pieza clave para proteger el futuro de nuestro país. “Es urgente detener la tendencia abortista que invade el ambiente legislativo; el constante intento de disolver el matrimonio con leyes permisivas que facilitan el divorcio o el atropello a la identidad sexual de los hombres y mujeres bajo la llamada ideología del género”, anotó.

Precisó que “este peligro se resuelve si se plantea una transformación educativa seria que se dirija a reconocer la trascendencia y el valor espiritual interior de la persona humana, evitando reducir su dignidad al solo bienestar material”.

En el documento, el Purpurado también recordó que la misión principal del Estado es mantener en orden al país, en condiciones propicias para la inversión adecuada y resaltó que por ello es importante que el sector privado comprenda que debe ampliar su participación para compartir la responsabilidad directa del Estado en la cobertura de los servicios básicos.

Añadió que “para hacer viable una propuesta de creación de empleo masivo es necesario educar y promover la autoestima y valoración del papel social del liderazgo”.

“Es necesario un mayor compromiso de los medios de comunicación en la tarea no sólo de informar, sino también de orientar y de educar en valores a la población. Debemos salir de la tendencia de resaltar lo negativo y no premiar lo positivo y de utilizar a la persona como un medio para otros fines cuando ella es de por sí un fin en si mismo”, advirtió.

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