El Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Cardenal Karl Lehmann, afirmó que “ningún Estado tiene el derecho de influir, obstaculizar o castigar una decisión de un individuo sobre sus creencias personales” en relación al caso de Abdul Rahman, un afgano convertido del Islam al cristianismo, a quien podría condenársele a muerte en Afganistán por haber abandonado la fe musulmana.
El Purpurado expresó que el caso de Rahman en Afganistán, estado en donde convertirse del Islam a otra religión es un delito grave, es “una señal alarmante” para la libertad religiosa, y pidió al Gobierno afgano que se “distancie claramente” del juicio. “Ningún Estado tiene el derecho de influir, obstaculizar o castigar una decisión de un individuo sobre sus creencias personales”, agregó.
Por su parte, la Ministra de Cooperación alemana, Heidemarie Wieczorek-Zeul, indicó que “la libertad religiosa debe valer para todo ser humano en el mundo”, al informar al diario Bild que se dirigirá al Presidente afgano, Hamid Karzai, para interceder por Rahman, de 41 años, quien vivió nueve años hasta 2002 en Alemania, en donde se convirtió al cristianismo. Asimismo, Fritz Kuhn, jefe parlamentario de los Verdes, destacó que “cambiar de fe y profesarla debe ser un derecho” en cualquier parte.