La tercera gran familia franciscana, la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, celebra estos días su Capítulo General en Roma, con nuevas expectativas y desafíos centrados entre otras cosas, en inundar de espiritualidad franciscana la vida secularizada del hemisferio norte del planeta.

Según informaron en su sitio web, del 20 de agosto al 22 de septiembre se reunirán 234 hermanos -169 capitulares, 10 hermanos auxiliares, y 55 oficiales entre traductores, intérpretes, asistentes, peritos- provenientes de todo el mundo en el Colegio franciscano Internacional San Lorenzo de Brindis de Roma para celebrar el 84° Capítulo de su historia.

El 20 de agosto, los religiosos celebraron una solemne Eucaristía de apertura, presidida por Obispo de Nelson (Canadá), y ex Ministro General, Mons. John Corriveau, y posteriormente iniciaron las primeras sesiones de trabajo.

En una entrevista concedida a Radio Vaticana, el Ministro General de los Capuchinos, Fray Mauro Johri, quien se ocupa de once mil frailes y de dos mil conventos, explicó que actualmente, su intención es que la Orden “se comprometa totalmente en continuar la presencia misionera e los lugares muy diferentes, y difíciles, ir allí, donde ninguno quiere ir, pero que se comprometan también con los nuevos desafíos que la Iglesia nos pide afrontar, como la Nueva Evangelización en los países del hemisferio Norte del mundo”.

“El papel de los capuchinos reside en ser ante todo los buscadores de Dios y testigos del absoluto de Dios, también en estos momentos de la historia, y por otra parte, como hijos de San Francisco, comprometerse a vivir en sencillez, a vivir al lado de los pobres -pobres materiales pero también de significado, de Evangelio-”, agregó.

En este sentido, explicaron que entre sus propuestas para desarrollar la Nueva Evangelización, está la de “mejorar la presencia allá en donde estamos, con una mejor predicación, con una mejor disponibilidad a la acogida, y una mejor oferta de servicios que ya se hacían antes, adaptando en parte nuestros tiempos a los tiempos de las personas”.

El religioso señaló también que ante la llegada del Año de la Fe, y el Sínodo para la Nueva Evangelización (del 7 al 28 de octubre), donde habrá también una nutrida presencia de superiores generales, los Capuchinos “queremos hacer escuchar también nuestra voz y hacer escuchar cual será nuestra contribución. Pero creo que el primer paso que hacer -y que el capítulo general nos ayudará a dar-, es el de ser evangelizados nosotros mismos, es decir, dejándonos alcanzar por la novedad del Evangelio para renovarnos en nuestra actitud de fe y de confianza fundamental, porque solo así es creíble que después podamos invitar a otros a dar este paso”.

Finalmente, el capuchino indicó que la comunión, “es el desafío más grande de nuestros tiempos, porque podemos comunicar mucho más, podemos oírnos, es mucho más fácil alcanzarnos en cualquier parte del mundo, pero también dentro de la misma Orden nos damos cuenta de ser, hoy día, una sociedad multicultural pero que estamos muy lejos del convertirnos intercultural, es decir, donde las culturas realmente se pongan a la escucha la una de la otra donde a partir de un proyecto evangélico las diferencias no sean vividas como una amenaza sino como una oferta para crecer y enriquecernos recíprocamente”.

“Éste es un desafió que advierto dentro de la Orden, para mantener la unidad de la Orden. Pero sostengo que ésta es la contribución mayor a que estamos llamados a dar a nuestro mundo, tanto como Iglesia como aldea global, concluyó.