Canadienses no deben legalizar el suicidio asistido, dice Cardenal

Canadienses no deben legalizar el suicidio asistido, dice Cardenal
Medicación / Flickr de Ashleyr Rose (CC-BY-NC-ND-20)

El jueves 14 de abril el gobierno de Canadá introdujo una legislación para aprobar el suicidio asistido y la eutanasia bajo el código penal federal.

"Todos estamos profundamente preocupados porque este es un día triste para Canadá", dijo en diálogo con ACI Prensa el Arzobispo de Toronto, Cardenal Timothy Collins.

"La legalización del suicidio asistido, próxima a aprobarse en Canadá, pondrá en peligro a los vulnerables, ocultará el asesinato con eufemismos y amenazará la conciencia de quienes se oponen", añadió el Purpurado.

Además, dijo que por el momento la gente ve el suicidio asistido como una "simple solución", pero aseguró que cuando consideren lo que estas prácticas realmente significan para la sociedad "se darán cuenta de que no es el camino a seguir".

Quienes están contra esta moción porque defienden la vida, entre ellos diversos grupos de católicos, protestantes, judíos, musulmanes, llevarán a cabo una rueda de prensa este 19 de abril en el parlamento de Ottawa, la capital canadiense.

"Las personas más involucradas en asistir a quienes están agonizando en una cama son los que más se oponen a poner fin a sus vidas", dijo el Cardenal Collins.

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El Purpurado cree que el mensaje conclusivo de la reunión para el Parlamento dirá: "hasta aquí y no más allá. Esto no es correcto. No está bien".

La nueva legislación ha sido sugerida por una decisión del Tribunal Supremo de Canadá en febrero del 2015. La resolución señala que los médicos pueden ayudar a los pacientes que tienen dolor grave e incurable a quitarse la vida, y ordenó al Parlamento a crear una respuesta legislativa.

"Esa es la raíz del problema", dijo el Cardenal Collins, y describió la decisión judicial como "tristemente unánime".

"El paso fundamental en la aplicación de la eutanasia o el suicidio asistido es en sí preocupante", agregó.

Anteriormente, bajo las leyes canadienses, la persona que aconsejaba, ayudaba o incitaba a un suicidio podía ir presa hasta 14 años.

El Cardenal explicó que la ley prohibía el abastecimiento de "sustancias nocivas" a la gente. "Ahora es posible que la administración de una sustancia de ese tipo sea considerado una forma de cuidado de la salud. ¿A qué hemos llegado?", cuestionó.

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Asimismo, criticó el uso de la frase "asistencia médica para la muerte", la cual verdaderamente significa "disponer de una sustancia e inyectarlo en una persona, provocando su muerte".

"Eso no se llama morir. La palabra para eso es 'matar'. No saber la diferencia entre morir y matar es asombrosa", sentenció.

Asimismo advirtió sobre los eufemismos que son "cómodos, agradables y dulces, pero que no describen lo que está sucediendo".

El Cardenal dijo que los católicos deberían alentar a que ofrezcan cuidados paliativos para quienes tienen dolores severos y enfermos terminales. "Aquello y no el suicidio, es ciertamente asistencia médica", sostuvo.

El Cardenal Collins dijo que el gobierno también tiene la obligación de suministrar cuidados paliativos si va a establecer un régimen legal para la eutanasia. "Esa es una forma positiva para hacer frente a este problema real", dijo.

También hizo hincapié en la necesidad de protección de la objeción de conciencia para defender a las personas "comprometidas con la curación y no al asesinato". Dijo que los individuos y las instituciones sin duda se verán presionados de participar en el suicidio asistido o la eutanasia.

"¿Qué protecciones se están ofreciendo? No hay protecciones que se ofrecen en este proyecto de ley en absoluto", advirtió.

Los partidarios del proyecto de ley dicen que 10 provincias de Canadá y tres territorios proporcionarán estas protecciones.

"Para todos en Canadá, están haciendo aceptable proporcionar una sustancia nociva a cualquier persona. Pero no están proporcionando la misma protección en todo el país para la conciencia de la gente", añadió.

Dijo que en este "mundo frío de la eutanasia" tienen que haber " lugares donde uno puede estar a salvo". También mostró preocupación por las presiones sobre las personas mayores para que "se apuren" y mueran.

"En un momento en que nuestra prioridad debe ser el fomento de una cultura de amor, y la mejora de los recursos para los que sufren y enfrentan la muerte, el suicidio asistido nos lleva por un camino oscuro", recalcó el Cardenal Collins.

Señaló finalmente que la oración Ave María termina con la frase "ahora y en la hora de nuestra muerte". "En estos próximos días, esta reflexión nos puede guiar en un espíritu de amor, misericordia y compasión, para acompañar a los que sufren", precisó.

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