El Senado canadiense aprobó el proyecto C-38, que legaliza los “matrimonios” homosexuales, por 47 votos a favor, 21 en contra y tres abstenciones; convirtiéndose así en el cuarto país en hacerlo luego de Bélgica, Holanda y España.
Ahora, la Gobernadora General –que hace las veces de jefa de Estado–, Adrienne Clarkson, debe dar la confirmación real que le da al proyecto la categoría de ley en todo el estado de Canadá, por ser una de sus atribuciones como representante de la reina Isabel II dentro de la monarquía constitucional que gobierna al país.
Los obispos canadienses hicieron su alegato final en contra de la aprobación de esta controvertida ley ante el Comité del Senado la semana pasada. En dicha reunión manifestaron que la mayoría de canadienses se opone a la misma y que ésta no proporciona las garantías suficientes para que la libertad religiosa y de conciencia sean protegidas. También advirtieron que estos “matrimonios” de personas del mismo sexo tendrían consecuencias negativas e impredecibles en los niños y en la sociedad. El texto completo del alegato se puede encontrar en http://www.cccb.ca.