Un grupo de padres canadienses decidió defender la familia natural frente a la imposición para crear clubes llamados “alianza gay-heterosexual”, una nueva fórmula del lobby gay para imponer su agenda como supuesta solución al bullying en las escuelas.

Según reportó la prensa local, Teresa Pierre, presidenta de Padres como Primeros Educadores, señaló que junto a la Asociación de Tutores Católicos de Ontario (Canadá), buscarán implementar los clubes “Respetando la diferencia”, como una solución responsable al bullying en las escuelas, pero acordes a la enseñanza tradicional de la Iglesia en materia del comportamiento sexual y valores.

En junio de este año, los legisladores de Ontario aprobaron una ley que permite la formación de clubes de “alianza gay-heterosexual” en escuelas públicas y católicas.

Teresa Pierre aseguró que, de acuerdo a la ley canadiense, los tutores católicos pueden rechazar la formación de esos clubes porque tienen el derecho a la objeción de consciencia ante aquello que perjudique el carácter religioso de la escuela.

“Dalton McGuinty (Primer Ministro de la provincia de Ontario, en Canadá) es un bravucón por tratar de forzar a las escuelas católicas a albergar clubes que violan los derechos civiles y religiosos de los contribuyentes de Ontario”, dijo Pierre.

Pierre explicó que los temas de sexualidad podrían ser discutidos en los clubes “Respetando las diferencias”, sin embargo el título que está forzando McGuinty, “alianzas gay-heterosexuales”, es perjudicial para las creencias católicas.

“Es el uso del nombre lo que creemos que no debe ser forzado. El nombre lleva ciertas expectativas de lo que se hará en términos de activismo en la escuela”, criticó.

Pierre expresó su preocupación porque la enseñanza sobre la Iglesia y la familia, que ya son erosionadas en la cultura actual, resulten atacadas con estos clubes.

La madre defensora de la familia señaló que es consciente de la preocupación pública que ha surgido tras los suicidios cometidos por jóvenes, tras sufrir bullying por su condición de homosexuales, pero el rechazo a los clubes en escuelas católicas no debe entenderse como un fomento de tales comportamientos.

“Tengo gran tristeza por cualquier estudiante que esté luchando en esa medida. De cualquier forma, no tenemos ninguna evidencia que los clubes gay-heterosexual mejoren esa situación. Tenemos evidencia de que las enseñanzas de la Iglesia los ayudan en esos tiempos”, dijo.