29 de octubre de 2014 / 11:14 AM
La cadena perpetua es "una sentencia de muerte encubierta" porque mata el corazón y la mente de un individuo, señalan en una reciente declaración los obispos de Filipinas.
Después del reciente llamado del Papa Francisco a poner fin a la pena de muerte, la tortura y la cadena perpetua, la Comisión para la pastoral de Prisiones de la Conferencia Episcopal de Filipinas ha tomado la iniciativa, pidiendo "que la sentencia de cadena perpetua sea sustituida por la prisión con términos definidos".
En una declaración recibida por la agencia vaticana Fides, la Comisión señala que "el encarcelamiento de por vida es un concepto inhumano", que elimina toda esperanza para el prisionero, mientras que "la justicia es la que mejora, restaura y respeta la dignidad humana", ha subrayado Rodolfo Diamond, Secretario de la Comisión.