El Arzobispo de Génova y Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Cardenal Angelo Bagnasco, señaló que es propio "en la universidad católica que se respire la nobleza de sentir que inspire a pensar en grande" que genere "una búsqueda apasionada de la verdad, múltiple y armónica, una colaboración sincera y fructífera entre todos los que en ella viven y operan".
Así lo indicó el Purpurado en la homilía de la Misa que presidió al inaugurarse el año académico 2007-2008 en la Universidad Católica del Sacro Cuore en Roma. El Cardenal destacó que "el hombre no puede vivir solo de pan" sino que busca la verdad "del mundo que lo circunda", pero "sobre todo busca la verdad de sí mismo. Tiene necesidad de saber su origen y su destino. Solo este conocimiento genera la sabiduría y solo esta conciencia lo orienta de manera singular y social creando cultura".
"Dejar pasar o no buscar tal verdad metafísica significa no tener un punto de referencia: toda elección se convierte en relativa a los objetivos inmediatos, que se consumen rápidamente para pasar a otro y a otro después, se torna todo igual, y entonces se convierte en insignificante. Si no existe nada por lo cual valga la pena morir, entonces no hay nada que haga que valga la pena vivir", dijo luego el Cardenal.