El Papa Benedicto XVI se despidió de México “colmado” de afecto, con la promesa de llevar consigo las preocupaciones del país y devolvió a la palabra “adiós” su sentido más profundo.
“Queridos amigos mexicanos, les digo ¡adiós!, en el sentido de la bella expresión tradicional hispánica: ¡Queden con Dios! Sí, adiós; hasta siempre en el amor de Cristo, en el que todos nos encontramos y nos encontraremos. Que el Señor les bendiga y María Santísima les proteja. Muchas gracias”, afirmó el Papa ante miles de mexicanos reunidos en el aeropuerto internacional de Guanajuato en la breve ceremonia de despedida.
“Mi breve pero intensa visita a México llega ahora a su fin. Pero no es el fin de mi afecto y cercanía a un país que llevo muy dentro de mí. Me voy colmado de experiencias inolvidables, como inolvidables son tantas atenciones y muestras de afecto recibidas”, afirmó.