25 de mayo de 2009 / 09:50 AM
Tras la oración de las Vísperas de ayer, el Papa Benedicto XVI se dirigió al Cementerio Militar Polaco, donde están enterrados soldados caídos en las batallas de mayo de 1944 en Montecassino, durante la Segunda Guerra Mundial. Allí encendió una vela y rezo la siguiente oración por los caídos de todas las guerras y naciones:
"Dios, Padre nuestro, Fuente inagotable de vida y de paz, Acoge en tu abrazo misericordioso A los caídos de la guerra que arrasó este lugar, A los caídos de todas las guerras que han ensangrentado la tierra. Concédeles que gocen de la luz que no se apaga.
Que en el reflejo de tu claridad Ilumina la buena conciencia de todo hombre y toda mujer de buena voluntad Tú que en Tu Hijo Jesucristo has dado a la humanidad que sufre Una gran prueba de tu amor por nosotros, Tú que en Cristo nuestro Señor Pusiste la señal de un sufrimiento que no es nunca inútil, Sino que es fecunda de tu fuerza redentora.