Después de la Misa del 1 de enero en la Jornada Mundial de la Paz, el Papa Benedicto XVI dirigió el primer ángelus de 2011 en el que resaltó la fundamental importancia de la libertad religiosa para todos los hombres y mujeres del mundo.
El Santo Padre recordó que "la Iglesia en este día invoca de Dios, por medio de Jesucristo, el don de la paz: la Jornada Mundial de la Paz es una ocasión propicia para reflexionar juntos sobre los grandes desafíos que nuestra época plantea a la humanidad".
"Uno de estos, dramáticamente urgente en nuestros días, es el de la libertad religiosa. Hoy asistimos a dos tendencias opuestas, dos extremos negativos: por una parte el laicismo, que de forma a menudo oculta, margina la religión para confinarla a la esfera privada; por otra, el fundamentalismo, que en cambio querría imponerla a todos con la fuerza".