Asimismo, indicó que León Magno "supo ejercer esta responsabilidad tanto en Occidente como en Oriente, interviniendo en diversas circunstancias, con prudencia, firmeza y lucidez, mediante sus escritos y sus delegados. Demostraba así que el ejercicio del primado romano era necesario entonces, como lo es hoy, para servir eficazmente a la comunión, característica de la única Iglesia de Cristo".
El Papa recordó que San León Magno “fue uno los más grandes pontífices de la Sede romana, de la que reforzó la autoridad y el prestigio. (...) Es también el primer Papa del que nos han llegado sus predicaciones dirigidas al pueblo reunido a su alrededor durante las celebraciones".
"Consciente del momento histórico que le tocó vivir y de la transición que tenía lugar, en un período de profunda crisis, de la Roma pagana a la cristiana, León Magno estuvo cerca del pueblo y de los fieles con la acción pastoral y la predicación". Además "ligó la liturgia a la vida cotidiana de los cristianos", demostrando que "la liturgia cristiana no es el recuerdo de acontecimientos pasados, sino la actualización de realidades invisibles que actúan en la vida de cada uno de nosotros", agregó.