Al recibir al rector, sacerdotes y seminaristas del Seminario pontificio francés, el Papa Benedicto XVI afirmó que "la tarea de formar sacerdotes es una misión delicada” y destacó que “las aptitudes exigidas a los futuros presbíteros son muchas: madurez humana, cualidades espirituales, celo apostólico, rigor intelectual”.
Tras más de 150 años confiado a la Congregación del Espíritu Santo, el Seminario pasará a depender de la Conferencia de los Obispos de Francia. El Papa agradeció a Dios "por la labor realizada en esta institución -fundada en 1853-, en la que se han preparado para su futura vocación cerca de 5.000 seminaristas".
"Quien recibe el cargo de discernimiento y de formación debe recordar que la esperanza que tiene en los demás es en primer lugar un deber para él mismo", explicó.