El Papa Benedicto XVI aprobó la promulgación de los decretos que reconocen el martirio de 65 siervos de Dios, con lo cual estos testigos de la fe serán próximamente beatificados.
Los 65 están divididos en tres causas. En la primera están los españoles siervos de Dios Luis Orencio –en el siglo, Antonio Solá Garriga– y 18 compañeros, del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle); Antonio Mateo Salamero, sacerdote diocesano; y José Gorostazu Labayen, laico, padre de familia; todos ellos asesinados por odio a la fe en diversos lugares del territorio de la arquidiócesis de Madrid (España) en 1936.
Siervos de Dios Alberto María Marco y Alemán y 8 compañeros de la Orden de los Carmelitas de la Antigua Observancia; Agustín María García Tribaldos y 15 compañeros del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, asesinados por odio a la fe en diversos lugares del territorio de la arquidiócesis de Madrid (España) entre 1936 y 1937.