Desde la residencia veraniega de Castel Gandolfo y ante un numeroso grupo de peregrinos, el Papa Benedicto XVI recordó a los cristianos que la conversión es una experiencia diaria y pidió alimentar la fe con la Palabra de Dios, los Sacramentos, la oración personal y la caridad.
“Cada día, nuestro corazón debe vivir la experiencia de la conversión, pasar del hombre replegado en sí mismo al hombre abierto a la acción de Dios, al hombre espiritual, que se deja interpelar por la Palabra del Señor y abre la propia vida a su Amor”, indicó el Papa.
En su reflexión previa al Ángelus, el Santo Padre meditó sobre el Evangelio de hoy en el que una mujer cananea ruega a Jesús con gritos la liberación de su hija.