El Papa Benedicto XVI reflexionó sobre la atención a los niños enfermos y aseguró que estos “pequeños pacientes” deben ser tratados con todo el amor y cuidado incluso antes de nacer.
El Santo Padre pidió buscar el justo equilibrio entre curación sin ensañamiento, garantizar la comunicación con las familias y asegurar la solidaridad cuando la enfermedad de un niño es consecuencia de las múltiples caras de la miseria.
“Al niño se le debe el máximo respeto”, precisó el Papa aludiendo a la antigua máxima de poeta latino Juvenal ante los expertos que han participado en la XXIII Conferencia Internacional del Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud que este año tuvo como tema la “Pastoral de los niños enfermos”.