El Papa Benedicto XVI hizo un especial llamado a China y a Cuba para que defiendan la libertad religiosa y recordó de manera especial a las comunidades católicas que en estos países llevan una vida social "difícil y a veces incluso insegura".
En su discurso anual al Cuerpo Diplomático acreditado en el Vaticano, el Santo Padre señaló que "en diversos países en que la Constitución reconoce una cierta libertad religiosa, la vida de las comunidades religiosas se hace, de hecho, difícil y a veces incluso insegura".
Esto sucede "ya que el ordenamiento jurídico o social se inspira en sistemas filosóficos y políticos que postulan un estricto control, por no decir un monopolio, del Estado sobre la sociedad".