El Papa Benedicto XVI alentó hoy a dar testimonio de Dios mediante la entrega a los demás, desafiando las injusticias y promoviendo la dignidad humana a través de la cultura, el voluntariado y en el trabajo.

El Santo Padre recibió en audiencia a los miembros del Movimiento Eclesial de Compromiso Cultural (MEIC), a la Federación Organismos Cristianos del Servicio Internacional de Voluntarios (FOCSIV) y al Movimiento Cristiano de Trabajadores (MCL), con motivo de sus respectivos aniversarios de fundación.

Para los cristianos, la acción “debe estar animada por la caridad, es decir, aprender a ver con los ojos de Cristo y dar al otro más que cualquier cosa externamente necesaria, donarle esa mirada y gesto de amor que necesita”, señaló el Santo Padre.

“Esto nace del amor que proviene de Dios, que fue el primero en amarnos. Nace del encuentro íntimo con Él. Se es más beato en el dar que en el recibir”, dijo recordando una frase de San Pablo.

Dentro de estas premisas, Benedicto XVI animó a sembrar “la lógica del dar, una lógica a menudo maltratada, a la que vosotros dais valor y testimoniáis. Donad vuestro tiempo, vuestras habilidades y competencias, vuestra instrucción y profesionalidad, en una palabra, dad atención a los demás, sin esperar compensación en este mundo”.

“Actuando así, no solo se hace el bien a los demás, sino que se descubre la felicidad profunda, según la lógica de Cristo, que se dio a sí mismo”.

Benedicto XVI subrayó que “la familia es el primer lugar en donde se experimenta el amor gratuito, y cuando eso no sucede, la familia pierde su naturaleza y entra en crisis. Todo lo que es vivido en familia, el darse sin reservas por el bien a los demás es un momento educativo fundamental para aprender a vivir como cristianos también la relación con la cultura, el voluntariado y el trabajo”.

Recordando un fragmento de su encíclica Caritas in veritate, Benedicto XVI recordó que la solidaridad “es ante todo sentirse responsables de todos. Por tanto no se la puede delegar únicamente al estado”.

“Mientras que ayer se podía pensar que lo primero era alcanzar la justicia y que la gratuidad venía después como un complemento, hoy es necesario decir que sin la gratuidad no se consigue realizar ni siquiera la justicia”.

El Papa expresó que “cultura, voluntariado y trabajo son un trinomio indisoluble en el compromiso diario del laicado católico, que se propone hacer incisiva la pertenencia a Cristo y a la Iglesia, tanto en el ámbito privado así como dentro de la esfera pública de la sociedad".

"Precisamente, el fiel laico se pone en acción cuando toca uno a más de estos ámbitos, y en el servicio cultural, en la acción solidaria con los necesitados y en el trabajo, se esfuerza por promover la dignidad humana. Estos tres ámbitos están unidos por un denominador común: el donarse a uno mismo”.

Benedicto XVI indicó que el compromiso de los cristianos en el ámbito cultural de la enseñanza a nivel escolar y universitario de las futuras generaciones, “no se limita, en efecto, a la transmisión de nociones técnicas y teóricas, sino que implica el darse a sí mismos a través de la palabra y el ejemplo”.

“El voluntariado es un recurso insustituible de la sociedad, no solamente conlleva el dar cosas, sino el darse a sí mismos, en auxilio concreto hacia los más necesitados”, mientras que el trabajo “no es simplemente un instrumento de provecho individual, sino momento en cual expresar las propias capacidades esforzándose con espíritu de servicio en la actividad profesional”.

El Papa felicitó a los grupos reunidos junto a él y les alentó a continuar sembrando el camino del Evangelio con fidelidad a la Iglesia, evidenciando las injusticias y “testimoniando los valores sobre los que se funda la dignidad de la personas, promoviendo las formas de solidaridad que favorecen el bien común”.