El Papa Benedicto XVI calificó a la familia como patrimonio principal de la humanidad, y señaló que ella se ve animada por la fe en Jesucristo, muerto y resucitado por nosotros.

En su discurso pronunciado al llegar a Milán el 1 de junio, con ocasión del VII Encuentro de las Familias, que se celebra en esa ciudad del 30 de mayo al 3 de junio, el Santo Padre agradeció la afectuosa bienvenida de los milaneses y del millón de familias que han llegado a la ciudad para participar en el evento.

El Papa también expresó "un afectuoso pensamiento a cuantos tienen necesidad de ayuda y de consuelo, y se encuentran afligidos por varias preocupaciones. A las personas solas o en dificultad, a los desocupados, a los enfermos, a los encarcelados, a cuantos están privados de una casa o de lo indispensable para vivir una vida digna".

"Que no falte a ninguno de estos nuestros hermanos y hermanas el interés solidario y constante de la colectividad", exhortó.

Para Benedicto XVI, el VII Encuentro Mundial de las Familias es una grata ocasión para visitar Milán y para "renovar los lazos estrechos y constantes que unen la comunidad ambrosiana con la Iglesia de Roma y al sucesor de Pedro".

El Santo Padre calificó a los milaneses como "herederos de un glorioso pasado y de un patrimonio espiritual de inestimable valor", por lo que les pidió su compromiso "para transmitir a las generaciones futuras la llama de una tan luminosa tradición".

"Ustedes bien saben cuánto sea urgente introducir en el actual contexto cultural la levadura evangélica".

Al concluir, el Papa exhortó a los católicos milaneses a que, con una clara distinción de sus papeles y finalidades, la Milán positivamente "laica" y la Milán de la fe concurran al bien común.